Educar para la in_Ser_tidumbre


Ser_tidumbre

Aférrate a ti con las uñas, átate al mástil como Ulises, pues ahora más que nunca la metáfora de la vida es navegar en un mar de incertidumbres donde se oyen voces, cantos de sirena que buscan que las sigas para que te diluyas con ellas. El mástil al que hago referencia es la única ser_teza, saber quién eres, y esto conlleva descubrir lo que no eres, o tener la valentía, el coraje y la perseverancia de querer saberlo basado en ti y no solo en lo que dicen los datos, las analíticas, los likes, los share;  si bien es cierto que somos datos y en datos nos convertiremos, que ellos hablen de ti, que te representen de manera  consciente, de no ser así, hablarás de ellos y te convertirás un conjunto de atributos que delinearan un perfil tan ajustado a ti que te constreñirá hasta casi hacerte desaparecer.

La ser_teza de la que hablo se obtiene al descubrir lo que somos, no lo que pensamos, creemos o debemos ser, y esto es posible gracias a la educación, que es un arte, el arte del siglo XXI es el arte de educarte para ser tú, camino que no acaba nunca… Picasso (1964) expresaba: mis cuadros antiguos ya no me interesan... Siento mucha más curiosidad por los que aún no he hecho.

Para Catherine l'Ecuyer es hora de educar en el asombro (2012) y en esta misma línea, Arthur H. Camins (2012),  Director del Centro de Innovación en Ingeniería y Educación Científica del Stevens Institute of Technology, expresa –“La ciencia y la ingeniería son avanzadas por un sentido de asombro, una voluntad de hacer conjeturas tentativas y la libertad de estar equivocados”.

El siglo XX abogada por la certeza y el siglo XXI la reconoce como ceguera, mientras el siglo XX valoraba el conocimiento como una entidad de naturaleza sólida, el XXI lo vuelve agua, gotas, pues todo conocimiento es fragmentario o una posibilidad.

Camins identifica tres valores que son fundamentales para el descubrimiento y la innovación: la búsqueda de la incertidumbre, el reconocimiento de la ambigüedad y el aprendizaje del fracaso; por lo que sugiere nutrir estos valores en la escuela, aunque reconoce que poner esto en las aulas llevará tiempo y esfuerzo educativo explícito. Significa centrarse en algunos temas a la exclusión de otros, porque hay una relación directa entre la profundidad del conocimiento y la capacidad de reconocer la incertidumbre y la ambigüedad. Por otro lado, a la luz de su experiencia después de toda una vida de trabajo declara -lo más importante es saber lo que no sé-. Cometo errores cuando actúo basado en un estrecho conocimiento y en una ignorancia no reconocida. Cometemos errores en la política educativa cuando vemos la certeza cuando hay ambigüedad. Privamos a los estudiantes de la oportunidad de aprender y de ser inspirados cuando no les proporcionamos tiempo suficiente para explorar sus incertidumbres.  La ignorancia (el no saber) debe ser usada como una inspiración para el aprendizaje y la mejora; afirma además, que ella es excusable y nada de lo que nadie debería avergonzarse, a menos que, por supuesto, sea voluntariosa ante la evidencia o la necesidad.

Entiendo que para Camis el capital es la ignorancia reconocida, la identificación de lo que desconozco como una necesidad imperiosa a la que me siento llamado a responder, la incertidumbre no es más que traspasar o romper el filtro de los límites que tengo como perímetro conocido. El capital cono_cimiento, el cimiento de la sociedad del siglo XX se resquebraja junto con el de la meritocracia, ahora el mérito es reconocer las ignorancias, buscar la incertidumbre…toca educar desde el ojo del huracán.

Ahora la pregunta que invade las redes es cómo puedo enseñar (plataformas, apps, etc) basándose en el cambio de vía o camino de aprendizaje, sin embargo, creo que la pregunta que debemos responder sigue siendo la misma y el hacerlo nos otorga como docentes ser_tidumbre: para qué me necesitan, qué puedo brindarles, qué es tan único e importante y cómo aquello que brindo  aporta en su camino o viaje hacia ellos mismos. 

Dra. Gilda Lobatón Badillo

 


Profesor 3.0

Profesor: Alumno empedernido en descubrir sus ignorancias, atravesar sus límites…develar sus miedos. @profesorcoach

La sociedad de la incertidumbre requiere un docente que eduque bajo una única certeza, saber quién es, y esto es un camino de aprendizaje que lo recorre con sus alumnos sin perder por ello autoridad y autenticidad.

En un mundo repleto de tecnologías, redes “sociales” y dudas, necesitamos hacernos escuchar y tenemos mil y un herramientas para comunicarnos, sin embargo, si siento que no tengo nada que decir, seré como un eco, repetiré solo lo que otros puedan expresar porque no tengo la capacidad de producir o emitir una voz auténtica, ante un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo (VICA).

Steiner (2006) manifiesta-si no se puede ser un gran creador, hay que ser un cartero -“postino”, como en la hermosa película sobre Neruda-, aquél que lleva las cartas. Un profesor lleva las cartas, es un privilegio inmenso, y todo su arte consiste en encontrar los buzones adecuados, ésos en los que las cartas serán leídas y amadas.  Las cartas que Steiner señala, son las cartas que escriben los alumnos para sí mismos en una apuesta por el futuro, ellos mismos, si el destinatario fue correcto y no se perdieron o diluyeron convirtiéndose en otros que no fuera ellos.

Educar ahora requiere de sabiduría, de saborear la vida, paladearla y reconocer en ella nuestro sabor, saber; educar en definitiva es desarrollar sabiduría, que es aquella que “no tiene que ver con la acumulación de años o de conocimientos o experiencias, sino con aceptar los misterios de la vida y saber mantener la curiosidad y la capacidad de sorprendernos” (Soler y Conangla, 2014).

El director de Educación de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE),  Andreas Schleicher, principal responsable del informe PISA y una de las autoridades mundiales en enseñanza expresó que  “la calidad de la educación nunca será mejor que la calidad de los profesores… la clave está en empoderar a los profesores para que lideren esta transformación; pero eso solo puede ocurrir si saben lo que se espera de ellos y reciben el apoyo necesario para enseñar con eficacia.

La eficacia señalada por Schleicher tiene como fuente la percepción de la autoefacacia y esta a su vez del autoconcepto del docente, nosotros enseñamos desde lo que somos, desde esta percepción consciente o no,  establecemos y seleccionamos las prioridades educativas, las estrategias de enseñanza que aplicamos, la compleja red de valores, creencias, experiencias y aspiraciones que nos hacen ser lo que somos.

Dra. Gilda Lobatón Badillo